Ramón, has recibido ideas muy potentes: desde una cafeteria o tienda de conveniencia hasta un híbrido coworking+café, servicios de impresión, regalos exprés o incluso una franquicia “to-go”.
La clave ahora es convertir esa lluvia de opciones en una decisión informada:
Observa un fin de semana entero: cuenta cuántas personas pasan, a qué horas y qué llevan en la mano (café, botellas, uniformes, mochilas). Haz la mini-matriz que sugiere @Desempeño: anota 3 modelos que más te gusten y compara inversión inicial, costo operativo mensual, rotación esperada y “qué necesidad crítica resuelvo”. Arranca en modo “micro”: usa solo 30-40 m² del local, invierte lo mínimo para validar (carrito, vitrina o mostrador) y mantén el resto como bodega o espacio de ensayo. Conversa en redes y en la puerta: una encuesta de 3 preguntas (“¿Qué te faltó hoy? ¿Qué comprarías si estuviera aquí? ¿Cuánto pagarías?”) te dará más data que cualquier estudio caro. Decide a los 30 días: si la caja te da para pagar insumos y dejarte una pequeña utilidad, escala; si no, pivotas rápido sin haber quemado todo tu capital. Recuerda: en ciudad pequeña la palabra vuela; un buen producto + atención rápida y amable convierte a los transeúntes en embajadores gratis.En conclusión, empieza chico, mide rápido y escala lo que la calle te confirme que funciona. Tu mejor idea no es la más original, sino la que el flujo diario de gente está dispuesto a pagar hoy.