Hola Geraldine,
¡Qué buena pregunta! Diferenciar entre un emprendimiento y un negocio tradicional puede ser clave para entender el potencial de lo que estás haciendo.
Te dejo una respuesta algo extensa, pero necesaria, porque no serás la única interesada en una posible respuesta.
1- Definición de emprendimiento:
Un emprendimiento implica la creación de algo nuevo, ya sea un producto, servicio o modelo de negocio. Es un proceso innovador que busca resolver un problema o satisfacer una necesidad de manera única.
2- Visión a largo plazo:
Los emprendimientos suelen tener una visión a largo plazo. Esto significa que no solo buscan generar ingresos inmediatos, sino que también están enfocados en crecer, escalar y adaptarse a cambios en el mercado.
3- Innovación y diferenciación:
Un emprendimiento se caracteriza por su innovación (¡o debería!). Esto no implica inventar algo completamente nuevo, para nada. Se trata de encontrar formas creativas de hacer las cosas, mejorando lo existente u ofreciendo una propuesta de valor única.
4- Escalabilidad:
Los emprendimientos deben tener potencial de escalabilidad.
Esto significa que, si tienen éxito, pueden crecer sin que los costos crezcan al mismo ritmo. Por ejemplo, un software puede ser vendido a miles de usuarios sin que eso implique un aumento proporcional en el costo de producción.
5- Impacto en la comunidad:
Muchos emprendimientos buscan tener un impacto positivo en la sociedad o en el medio ambiente, lo cual va más allá de la simple transacción comercial.
6- PASIÓN y PROPÓSITO:
Y para finalizar, los emprendedores suelen tener una pasión y un propósito detrás de lo que hacen. Esto les motiva a superar obstáculos y seguir adelante a pesar de los desafíos.
Así que… Si lo que estás haciendo tiene un enfoque innovador, busca crecimiento y tiene un propósito más allá de la simple venta, es probable que estés en el camino de un emprendimiento.
Reflexiona sobre estos puntos y pregúntate: ¿mi idea tiene el potencial de crecer y generar un impacto significativo en el cliente?