Saludos
Si analizamos este tema desde los números y la coherencia operativa, el síndrome del impostor suele aparecer cuando no existen indicadores claros de avance. Muchos emprendedores sienten inseguridad porque no saben si realmente están progresando o si su propuesta tiene impacto medible.
La mejor forma de contrarrestarlo es traducir tus acciones en métricas simples:
1.Número de clientes contactados
2. Conversiones
3. Feedback positivo
4. Mejoras implementadas.
Esos datos son los que te permiten ver resultados concretos y construir confianza racional, no emocional.
Además, los primeros clientes no solo deben validarte en ventas, sino en aprendizaje. Cada interacción te muestra qué funciona, qué debes ajustar y dónde estás generando valor real.
Y ese valor comprobable y sostenido es la mejor evidencia para silenciar cualquier duda interna.